martes, 28 de abril de 2015

ICONOGRAFÍA PREHISPÁNICA MÁS RELEVANTE EN LOS OBJETOS ARQUEOLÓGICOS DE COSTA RICA: EL JAGUAR.

Introducción  


Antes que se inventara la escritura, las diversas sociedades del mundo idearon maneras de comunicarse entre sí mismas y, si era posible, con otros pueblos de
una forma que no fuera la palabra a viva voz.

Era necesario que mediante solo la vista los demás recibieran un mensaje de manera clara y que no dejase lugar a dudas. Lo primero que se usó fueron elementos agregados al cuerpo, digamos que a modo de “uniforme” para aquellos individuos especiales que podían ser los encargados de los aspectos religiosos o bien, los jerarcas administrativos del grupo social. Estos elementos podían ser collares, tatuajes, bastones, plumas, pieles, y cosas por el estilo, que hacían inconfundible ya fuera al chamán, al jefe o, al mejor cazador.

Con el pasar del tiempo surgieron formas de comunicación visual cada vez de mayor complejidad, haciendo de una forma un equivalente con significado especial, o sea, un símbolo. Este símbolo  podía ser pintado, grabado, tallado, sobre un objeto. Tenía la ventaja de ser comprendida por los demás aunque no hubiera nadie presente que lo ratificara: la forma del símbolo “hablaba”, tenía un mensaje comprensible y descifrable por todas aquellas comunidades que mantuvieran contacto entre sí.

Hoy día esta manera de comunicar algo está muy presente entre nosotros, basta mirar los íconos religiosos, o los de una computadora u ordenador, señales de tránsito y demás. Pero para comprender un ícono, dibujo, figura, estatua, y demás formas, debemos pertenecer a la cultura que los crea y usa. Cuando un símbolo es natural, o naturalista en su expresión visual, muchos pueden identificarlo, por ejemplo una señal de transito con un elefante dentro de un círculo, nos sugiere a quienes por vez primera pasamos por ahí, que deben pasar esos animales por la vía. Pero cuando el símbolo se hace abstracto o se estiliza, la comprensión empieza a dificultarse para los extranjeros.



Figura 1: Proceso de estilización del símbolo de “perro bravo”; a, naturalista; b-c, estilizado; d-e, abstracto.


jueves, 16 de abril de 2015

YACIMIENTO ARQUEOLOGICO LOS CANALES, BAHIA EL COCO, GUANACASTE, COSTA RICA.

Introducción


Los Canales es un yacimiento grande, con múltiples depósitos asociados de índole habitacional, demostrando que a lo largo del tiempo este fue un sitio habitado.

El material arqueológico fue expuesto por maquinaria al hacer una calle de acceso a una finca. La muestra se entregó a Carlos Aguilar Piedra en la Universidad de Costa Rica, misma que consistía en huesos, conchas y caracoles, lítica y cerámica. Posteriormente al empezar a construirse habitaciones sobre el yacimiento, se recolectó una pequeña muestra y se observó que en ella estaban casi todos los periodos históricos representados, a excepción de tres, el Paleo-indio, el arcaico y el colonial.

Hoy día el yacimiento está destruido, urbanizado. Esta situación es un simple reflejo de lo que pasa en todas las bahías costeras de Guanacaste, donde la naturaleza y la historia antigua han sido arrasadas por esa epidemia urbanística descontrolada.

Con el fin de recuperar lo máximo posible de la muestra arqueológica conservada es que se escribe este artículo, procurando incluir la mayor cantidad de datos, tanto ecológicos como históricos, de modo que no se pierda “absolutamente todo”, como ha sucedido en tantos otros lugares.


1. Aspectos generales del paisaje natural de Bahía del Coco

Clima

La zona climática en que se localiza la bahía del Coco, pertenece al trópico seco. Se definen dos estaciones muy marcadas, la seca y la lluviosa. Köppen y Geiger definen el clima de esta zona como Aw, con temperatura media de 26 grados ºC y una precipitación anual promedio de 1500 mm.

La estación lluviosa va de mayo a principios de diciembre, distinguiéndose los meses de septiembre y octubre como los más lluviosos. La diferencia en la precipitación entre el mes más seco y el mes más lluvioso es de 320 mm. Las temperaturas medias varían durante el año en 2.6 °C.


Suelo

Los suelos de la región en general, y de la bahía del Coco en particular, son clasificados de tipo Regosol. Este es un suelo no apto para la agricultura, de índole inestable y de base rocosa, como fácilmente se aprecia en los cerros costeros al oeste del yacimiento. Por su condición natural, los suelos tipo Regosol se escurren fácilmente con las lluvias, o tienden a la compactación, todo esto una vez que fueron deforestados. 

Los Regosoles son suelos minerales poco desarrollados en materiales no consolidados que tienen solo un horizonte superficial ócrico (pobre en materia orgánica) y que no son muy someros (como Leptosoles), arenosos (como Arenosoles) o con propiedades flúvicas (Fluvisoles) (IUSS Grupo de Trabajo WRB. 2007. Base Referencial Mundial del Recurso Suelo. Primera actualización 2007. Informes sobre Recursos Mundiales de Suelos No. 103. FAO, Roma.).

La agricultura de semillas, como frijol y maíz, no es sustentable en estos suelos. Para que puedan ser explotados de manera apropiada, se debe invertir en sistemas de riego controlado, cosa que en la época antigua de esta región no era posible. Los cultivos de raíces, como la yuca (mandioca), camote, y demás, padecen de los mismos problemas que los de semillas. Sin embargo, los frutales, nueces, palmas y plantas por el estilo producen bien en este tipo de suelo.

Geomorfología

La zona en que se encuentra la bahía del Coco se determina por ser sumamente quebrada, con cerros de baja altitud (no mayores a 800 metros de altura).

Presenta valles en forma de terraza y glacis de piedemonte, o sea, superficies inclinadas en la base de los cerros, que se forman por la erosión del sistema montañoso (fig. 3).

Los relieves de los cerros presentan una fuerte laterización (alteraciones físico químicas y oxidaciones de la composición mineral de las rocas), proceso este también presente en la caída de las terrazas pre-costeras.

La línea de costa es, por tanto muy irregular, caracterizada por áreas de erosión activa y acantilados en retroceso. La bahía del Coco, típica de este tipo de formación geológica se identifica por mantener una playa arenosa protegida en sus extremos por acantilados rocosos y arrecifes producto de los acantilados en retirada (fig. 1)

Figura 1: Línea de costa y sistema montañoso. La cruz señala la posición del yacimiento Los Canales en la bahía del Coco. Toma Google Earth.





LOS CONCHEROS DE LA PENINSULA DE NICOYA, COSTA RICA

GENERALIDADES

A lo largo de la costa marina y de la desembocadura de los ríos de la península de Nicoya se encuentran, en casi todas las bahías y estuarios, unas acumulaciones de conchas revueltas con tiestos o fragmentos de cerámica y partes de objetos de piedras, restos líticos, que a veces llegan a formar montículos.


Los concheros, ya sea en forma de montículo o no, se ubican en posiciones estratégicas con respecto a las diversas actividades económicas del grupo social que los formó, constituyendo un magnifico registro de la vida cotidiana de estos pueblos. Por ejemplo hay concheros más relacionados a una economía de pesca y recolección de estuario que de costa marina. Otros pueden tener ambos tipos de pesca y recolección, más un contenido agrícola. Por demás está mencionar la caza general, fuente no solo de carne, sino de sub-productos indispensables para la vida cotidiana. La caza no solo proveía carne, sino muchos productos necesarios para elaborar con ellos artículos de primera necesidad, tal el caso de cueros, huesos y tendones, además de materia prima para la confección de artesanías comunes y rituales, por ejemplo plumas, colmillos, pieles, etc.

Los valores estratégicos en la ubicación de algunos de estos concheros fueron tan importantes, que se tiene evidencia de ocupación doméstica (continua o discontinua) desde al menos 500 a.C., hasta años cercanos a la llegada de los europeos a eso de 1563 d.C. Lógicamente los años de mayor evidencia socio-económica siempre estarán entre los años 700 a 1500 d.C., con un auge definitivo alrededor de los años 850 a 1350 d.C. Esta clase de conchero lo denomino de clase A, o sea, ocupación secuencial completa (tomando de base la cerámica). Otros concheros serán uni o multi-componentes (Clase C y B), de acuerdo a la cantidad de fases cerámicas en ellos contenidos.