viernes, 25 de diciembre de 2015

El Valle de Bagaces y los Conquistadores Castellanos


Juan Vazquez de Coronado



Introducción


La conquista y la colonia son dos períodos distintos que suelen tratarse como lo mismo. Evidencia arqueológica del período de la colonia hay bastante, pero aquí trataremos sobre la etapa más interesante y antigua de la presencia europea en América: La conquista.

En Costa Rica es muy poca la evidencia de ese período histórico, lo cual resulta curioso, pues debería haber una cantidad más o menos parecida a la de Nicaragua o Panamá.

La casi totalidad de evidencia material de Costa Rica proviene de sepulturas en yacimientos de la región Oriental (Línea Vieja), y de pocos yacimientos en la región Suroccidental (Paso Real). Otros yacimientos arqueológicos eventualmente dan algún que otro objeto del periodo inicial de la confrontación con los europeos, ya sea en el Valle Central o en el Pacífico Central, pero como está antes dicho, es muy poco y raro.

De la zona de Nicoya, en la región Occidental, ocasionalmente se ha reportado algún objeto de hierro o alguna moneda de plata u oro, pero se estima que pertenecen a una etapa muy tardía del momento que interesa en este escrito.

La zona de Bagaces (región Occidental) que se supone habitada para el tiempo de la llegada de los europeos es un misterio. No hay evidencia de algún rastro tardío de ocupación indígena, pero hay crónicas en que se menciona a un cacique y su pueblo: Bagatzí, de lengua náhuatl (mesoamericana). Esto supone hallar restos materiales típicos en diseño y forma que correspondan a cualquier pueblo mesoamericano, pero no se ha hallado absolutamente nada.

Sin embargo, si se han encontrado restos materiales de objetos europeos en el área de Bagaces, pero, así como aparecen, desaparecen. Está claro que, al ser partes metálicas y cerámicas sin ningún atractivo, una vez vistos han sido abandonados o tirados, de modo que prácticamente lo único que queda es el saber que algo se encontró alguna vez.

En este escrito veremos unos pocos materiales encontrados en una localidad próxima a Bagaces, con la suerte de haber entre ellos objetos fechables que indican la época aproximada en que Juan Vásquez de Coronado estuvo en la zona.

Ilustración 1: Regiones arqueológicas según se puntos cardinales. El triángulo amarillo marca la zona de Bagaces, y el celeste la de Nicoya.


viernes, 4 de diciembre de 2015

TORTUGAS, MAMÍFEROS MARINOS, PECES Y CRUSTÁCEOS EN LA ANTIGÜEDAD COSTARRICENSE







Introducción


Uno de los temas en arqueología más espinosos es el de la identificación y singularización de figuras y emblemas, pues no siempre, por desgracia, son tan claras como nos gustaría. Esto se debe, entre otras cosas, a que generalmente la figura natural carecía de valor como tal, pues lo que importaba de la misma era el modelo que tenía su explicación dentro del sistema de creencias simbólicas, a nivel de la sociedad que empleó esas figuras. 

En esta nota se verán algunos ejemplos –los más representativos- de peces, ballenas, tortugas y crustáceos. En muchos casos se pudo saber la especie que se tomó de modelo, pero en otros con identificar de qué animal se trata es un logro, lo cual no evita realizar observaciones sobre alguna o algunas especies potencialmente viables de ser el modelo de tales figuras o emblemas.

Siempre en este tipo de identificación se encuentra una cantidad de modelos mixtos, o sea, elaborados con partes de distintas especies que tuvieron relevancia ideológica, lo cual se resuelve no solo indicando la o las partes mezcladas, sino identificando cual animal es el principal.


Los animales acuáticos como símbolo


El agua, sea dulce o salada, siempre ha tenido un aura de misterio, que en determinada circunstancia puede ser tanto de temor como de alivio y regocijo. Dentro del chamanismo el uso del agua en los distintos rituales fue elemental, ya que se interpretaba que mediante este elemento el cuerpo y las cosas podían ser limpiadas (en sentido espiritual) ya que, simbólicamente al aplicar agua, se traspasa un límite mágico. En este aspecto aun hoy no estamos muy lejos de ese sentir espiritual en los ritos de iniciación a la religión católica e hindú, entre otras. 
Las criaturas que viven en el agua, y las que lo hacen tanto fuera como dentro de este elemento (anfibios) fueron considerados potencialmente como “otros” susceptibles, al menos algunos de ellos, de ser tomados como símbolos de esa otra realidad cosmogónica. De este modo dependiendo de la intensidad de contacto con los cuerpos de agua mayores (grandes ríos, lagunas, estuarios y océanos) se escogieron diversas especies como íconos y símbolos.

En Costa Rica, el símbolo anfibio más común es el cocodrilo y el caimán (que no se incluyen en este trabajo). Dependiendo de cómo se mire la relación de las diversas especies de ranas y sapos, también podrían considerarse como símbolos principales ligados a lagunas o ríos, aunque es un aspecto que debe estudiarse.

Los “animales del agua” o, mejor dicho, los símbolos animales asociados al agua más notorios y que son los que trataremos aquí, son las ballenas y delfines (mamíferos), tiburones (pez), cangrejos (crustáceos), tortugas (reptiles) y, peces diversos.


En Costa Rica, no existe ninguna crónica o relato de la época de la invasión europea que mencione alguna creencia o aspecto religioso relacionado con los símbolos y emblemas que se encuentran en los objetos arqueológicos, por lo que intentar un acercamiento explicativo a estas representaciones es problemático, por decir lo menos. Lo mejor es limitarse a identificar lo mejor posible los casos más comunes.


Ilustración 1: Regiones arqueológicas según los puntos cardinales.