miércoles, 16 de mayo de 2018

La cabeza humana como trofeo de guerra, prestigio y magia. El caso de Costa Rica.



Introducción

Tratamos en este escrito un aspecto fundamental de los diversos grupos humanos que en la antigüedad poblaron Costa Rica, el cual fue la corta de cabezas de los vencidos en la guerra. En la diversa información sobre el tema encontramos datos que señalan concretamente el acto de cortar la cabeza del enemigo y llevársela a sus poblados. Esto pudo ser por simple prestigio del ganador, una muestra física de la destreza individual o grupal del guerrero. Pero también hay datos que indican un fondo religioso a la posesión de la cabeza sin que sea una transferencia de poderes mágicos del vencido al vencedor, pudiendo ser en un fenómeno también ligado, de cierta manera, a un sacrificio formal, al menos en determinadas circunstancias y ejercido sobre determinados individuos.

La evidencia arqueológica muestra la importancia de este acto, tanto desde la perspectiva netamente guerrera como religiosa. Encontramos representaciones de todo tipo de tratamiento de las cabezas, desde la reducción hasta la conservación de esta ya fuera momificada o simplemente las calaveras, como señalan algunas crónicas del periodo de conquista europea, pero también abundan artefactos relacionados con el culto directo a la cabeza cortada, mostrándose la faceta religiosa que tuvo el acto de cortar y conservar cabezas humanas.

Antes de entrar propiamente en materia veamos algunos aspectos básicos de los procesos de guerra y de los aspectos religiosos en la antigüedad humana, con el fin de comprender mejor el origen y desarrollo de ambos eventos culturales en términos generales.


lunes, 8 de enero de 2018

Clasificación en arqueología: clases y tipos




El arqueólogo es una especie de detective que, pista tras pista, por más pequeña que sea e insignificante que parezca, va reconstruyendo un caso: la historia de un pueblo, un estado o un imperio. Pero, como buen detective empieza con la escena caótica de un crimen, que en este caso será un yacimiento o sitio arqueológico.

La evidencia rescatada del yacimiento pasa por diversos análisis, unos muy complejos y otros más sencillos, para finalmente obtener resultados científicos que indiquen que clase de yacimiento y cuales actividades se realizaban en el lugar de excavación, de modo que pueda con tales resultados compararlos con los de otras excavaciones y así, en cadena, ir poniendo en orden el desorden inicial de los datos materiales, que luego serán, en conjunto, parte de la historia humana.

En el principio, el caos.

Toda investigación de un yacimiento empieza con la recolección de materiales, que como ya se dijo, involucra todo lo que el área de excavación o estudio contenga, lo cual en principio es un enorme caos atemporal, un desorden gigante, en el que se hallarán materiales de toda clase, ya sea orgánicos (como semillas, huesos, fibras, madera y demás), e inorgánicos, (que serán todos aquellos cuya materia prima no provenga de animales o plantas, como cerámica, lítica, metales, etc.) todo lo cual estará mezclado, sin orden aparente, pues son residuos de actividades cotidianas. Este caos podría pensarse que no ocurre en fosas funerarias, pero es una apreciación equivocada, pues en una fosa, aparte de los objetos completos que se hallen, habrá un sinfín de otros que a simple vista son “invisibles”, como restos de polen, restos de alimentos, restos de evidencia del uso de madera, y demás posibles elementos que, accidentalmente o no, al momento de sellar la fosa quedaron atrapados en su interior.