martes, 2 de junio de 2015

LA REPRESENTACION HUMANA EN LAS SOCIEDADES ANTIGUAS COSTARRICENSES.








Introducción

Todo pueblo en la historia de la humanidad ha elaborado distintas representaciones de sí mismos, según fuera lo que querían expresar: fertilidad, nacimiento, vida y muerte, son temas recurrentes desde la era paleolítica hasta la fecha de hoy. Los magos, jefes y, ciertas personalidades con cualidades especiales aparecen en Europa y África pintadas en paredes de abrigos rocosos y cavernas desde hace cuarenta y cinco mil años, según fuera la visión que de ellos tenían, lo cual ha permitido no solo estudiar aspectos psicológicos de aquellas lejanas personas sino que nos permiten “verlos” en acción. Y desde aquella lejana etapa del desarrollo humano no se ha cesado en ningún lugar ni en ningún tiempo, de crear representaciones “espejo” de personajes y situaciones culturalmente importantes.

Las distintas sociedades que poblaron el hoy territorio de Costa Rica incorporaron la representación humana de sí mismos y de los otros, a su arte funcional figurado. No hay manera de saber qué se quería demostrar con tales imágenes que de seguro tuvieron un significado especial, pero podemos aun ver a esos pueblos retratados por ellos mismos a través de las formas particulares, ya fuesen de índole naturalista, tipo retrato o estilizadas.


Forma y estética


¿Qué manera de representar al ser humano encontramos en el arte antiguo de Costa Rica? La representación humana por lo general bastaba con una figura sencilla, sin mucho detalle en los elementos singulares, ya que en la antigüedad lo que se buscaba era determinar particularidades mediante signos que delataran quién era la persona representada. O sea, la mayor parte de las figuras humanas no se puntualizan en sus facciones, sino en los emblemas que se le incorporan o en la postura. Así encontramos figuras que abarcan casi todas las actividades normales de la vida, desde el acto sexual hasta la muerte.
Para nuestro beneficio, muchas figuras tienen toques de naturalismo en detalles que nos dicen cómo se veían. Atuendos varios, peinados y formas de vestir son comunes. También encontramos insignias de poder religioso, militar y civil, poses que reflejan fuerza y orgullo, así como la de individuos comunes en actividades cotidianas.

Poco encontramos de los rasgos naturales y únicos de un individuo particular, como en el caso de las representaciones humanas de la cultura mochica en Perú. La estética en la antigüedad costarricense se enfocaba más en la armonía general, con los signos particulares en poses recurrentes para retratar personas, pero también hay algunos retratos muy exclusivos, realistas, con los cuales podemos ver los rasgos físicos y la expresión única de una persona.

Conjugando la representación naturalista simple y la figura tipo retrato, tenemos un vasto panorama que nos muestra al hombre como era en la vida diaria y en los momentos solemnes, acorde con su rango social.

Existe una estética particular que trata de la muerte o, de los muertos. Figuras de sacrificados, cabezas cortadas y rostros cadavéricos.  Curiosamente en este grupo es donde encontramos los mejores ejemplos de retratos, y veremos porqué en su momento.
El caso de ciertas patologías también están presentes, individuos deformes o enfermos fueron representados, pero de forma naturalista, donde al igual que en la mayoría de las presentaciones humanas, el sujeto se identificaba por signos o emblemas, y no por sus rasgos particulares.



Ilustración 1: Regiones arqueológicas y culturales de Costa Rica, cómo se emplean en este artículo