INTRODUCCIÓN
El estudio de los iconos pertenecientes a culturas
desaparecidas puede ser problemático, ya que lo expresado en una pintura o
figura hace cientos de años, tenía su explicación en el cuerpo ideológico de la
o las sociedades que aceptaban que la figura “x” fuera algo con significado
concreto, aunque la figura en cuestión no fuera realista.
Algunos iconos son lo bastante realistas para que la
identificación del modelo natural sea muy fácil, pero en una gran cantidad de
figuras el modelo natural se mezclaba con otros modelos (naturales o
abstractos), lo cual daba un significado específico a esa figura, independiente
del modelo de base o natural original, complicando la identificación del modelo
base.
El icono no era, ni puede serlo, una fotografía de algo. Eso
es lo que vemos nosotros ahora, pero toda figura relevante tiene un significado
que por sí solo o unido a otro elemento, cambia de valor simbólico. Es por
tanto un emblema que evoluciona según sea la época y el comportamiento cultural.
Es justamente esta riqueza simbólica la que nos causa
problemas en lograr acertar con el modelo original del icono, pues la gran
mayoría expresa ideas distintas, y dentro del lenguaje simbólico cada variación
del original tiene o hace referencia a otra cosa. Un ejemplo inventado sería el
de la figura de la paz, la cual es una paloma blanca. Pero esta misma paloma,
con las alas abiertas y la cabeza con cresta hacia la derecha, podría
significar peligro o estado de alerta. Y si le agregáramos a la figura, unas
patas terminadas en garras de águila, podría significar triunfo o victoria.
Todo es cosa de que cada versión de la misma figura de la paloma, tenga un
significado nuevo, colectivamente aceptado. Pero la paloma blanca tiene, en
sentido paralelo, otra secuencia de significados que alteran la forma; este
símbolo pertenece originalmente a una visión religiosa, pues es la imagen del
Espíritu Santo según los evangelios cristianos, y conlleva una serie de
asociaciones y elementos integrados que así la identifican, separándola de
cualquier otro significado. Hasta aquí, con el ejemplo de la paloma, hemos
visto unas variaciones de significado que comprometen la forma, pero con el
pasar del tiempo el mismo icono de la paloma puede derivar en formas mezcladas
cada vez más complejas, esto, a medida que el significado de la figura varia
circunstancial o temporalmente, hasta llegar a una figura con solo algunos
rasgos del icono original, que serán la clave para identificar el modelo
natural.