EL CHAMANISMO
Introducción
El
chamanismo es el sistema religioso más antiguo conocido, pues sabemos de su
existencia desde finales del Paleolítico medio, hace unos cincuenta mil años,
sin que esto quiera decir que no existía desde antes. La evidencia más
asombrosa la tenemos durante el Paleolítico superior en Europa, Eurasia y África,
entre los años 40,000 al 15,000 a.C.
El
sacerdote o especialista espiritual conocido como chamán ha cambiado, como es
lógico esperar, su actuar y sus conocimientos con el pasar del tiempo, según el
medio ambiente y la economía del pueblo o tribu, por lo que es peligroso
extrapolar algunas funciones entre el sistema chamánico actual y el más
antiguo, pero existen a pesar de esto suficientes elementos para saber que el
fenómeno religioso tuvo su origen en estos personajes (fig.1).
Figura 1: A la
izquierda la imagen de un chamán del Paleolítico superior, de la cueva de Trois Freres, Francia (15,000 a.C). Derecha fotografía
de chaman en el Tíbet, a principios del siglo XX. Como se aprecia, los
elementos externos del chamanismo como religión se mantuvieron con pocas
modificaciones formales, lo que hace pensar que a nivel ideológico los cambios
fueran pocos, aunque es algo que nunca podrá probarse a plenitud.
Qué es el chamanismo
El
término chamanismo se utiliza para hacer referencia a un conjunto de prácticas socioculturales, entre
las que se encuentran las de curación de enfermedades, sean estas físicas o
mentales, conocimientos heredados sobre el clima mediante la observación de los
astros (lo que les permite predecir los cambios de estaciones),
conservar y transmitir las historias cosmogónicas vía oral y, la capacidad de
poder comunicarse con el mundo espiritual.
A
los encargados de aplicar dichas costumbres, conocimientos y creencias se les
denomina chamanes. La palabra chamán proviene del pueblo siberiano tungús (saman), y aplicado en todo el mundo
donde exista el tipo de sistema religioso con características semejantes,
fácilmente identificados con los “brujos” en algunos relatos y crónicas, lo
cual es un grave error. El brujo o hechicero
es el que hace actos o sesiones utilizando artes mágicas para lograr un fin
directo, cosa que también puede realizar un chamán, pero como una porción de
sus actos.
Las
funciones que debe cumplir un chamán pueden variar dependiendo de la localidad
en donde lleven a cabo sus ritos, sin embargo, los principales actos de un
chamán son la curación usando sustancias naturales puras o mezcladas, preservar las costumbres a través de la
utilización de acciones e historias como instrumento educativo,
capacidad para ver eventos futuros y también pasados, actuar como psicopompo o
guía de aquellas almas que deben encontrar el camino hacia el otro mundo.
Existen culturas en donde los chamanes deben cumplir varias de esas funciones
en un solo individuo, pero lo más común era una organización de sacerdotes
chamanes según sus poderes y facultades. En algunos pueblos pueden existir
chamanes que puedan cumplir con otras funciones diversas a las antes
mencionadas, ya que por ejemplo pueden existir chamanes especializados en ciertos espíritus o enfermedades, acciones o
ritos para cosas inmediatas o futuras, así como para encargarse de todo lo
referente a la muerte y el enterramiento de personas.
En
lo que respecta a la salud,
los chamanes fueron los médicos generales, psicólogos y psiquiatras, ya que
ellos se daban al estudio de los diversos males físicos y espirituales buscando
alivio y curación, usando en casos de desórdenes de salud graves los placebos.
Los efectos placebos sobre ciertas dolencias se lograban mediante el ritual, la
parafernalia y los amuletos, y aplicando como medicina cualquier cosa inocua.
Si se cree en los poderes del sacerdote (o del espíritu), todo esto en conjunto
funciona como un remedio al mal del individuo, sea físico o espiritual (es lo
que ahora se denomina fe).
El
chamán como intermediario entre el mundo material y el mundo espiritual
frecuentemente debe adquirir (o lo acompañan desde el nacimiento), una o varias
entidades que le sirvan de ayuda en el mundo de los espíritus; estas entidades
generalmente son representados por formas de animales, plantas, o antepasados
míticos o reales (fig.2).
Figura 2:
Chamán y sus espíritus auxiliares. Diquís, Costa Rica.
Otra
característica del chamán es la de poder convertirse en cualquier animal. Esto
lo hace por varias causas, entre las más destacadas están la de comunicarse con
ciertas entidades espirituales para obtener respuestas a problemas de la banda
o tribu y, para efectos de venganza o guerra.
En
la figura 2 se ve un chamán con los espíritus auxiliares (sobre las manos y la
cabeza), a la vez que ha tomado la forma de jaguar (Felis onca). De la boca surgen dos serpientes, lo cual puede
interpretarse como “peligro, muerte, cuidado”, ya que estos reptiles en los
pueblos Bribri-Cavecar de Talamanca, Costa Rica, son usados como símbolo de
castigo de parte del dueño de los animales (ente espiritual), quien las usa
como flechas. Obvio que entre la figura antigua y los relatos que llegaron al
siglo XX existe mucho tiempo de separación, pero tanto el objeto de la figura 2
como estos pueblos se hallan en la misma región, siendo muy factible que el
significado de la representación pueda explicarse en parte mediante la visión
ancestral de estos nativos.
Cómo y cuándo surge el
chamanismo
El
fenómeno religioso en la humanidad se inició cuando se les atribuyeron poderes
sobrenaturales a cosas naturales, como el fuego, los rayos, y cosas por el
estilo. Esto debió ocurrir en los albores de la humanidad, aunque no existen
evidencias materiales al respecto. Otra cosa que se desarrolló en tiempos muy
antiguos fue el animismo, lo cual consiste en la idea de que todo tiene un
alma, incluyendo las piedras (Read, 1977, pág. 45) .
Hace
más de un millón y medio de años el Homo Erectus ya usaba el fuego en
yacimientos asiáticos y africanos, como Chesowanja, cerca del Lago Baringo,
Koobi Fora, y Olorgesailie en Kenia, entre otros. El fuego tuvo una importancia
de primer orden en la vida antigua, y es de suponer que fue la primera arma
contra la oscuridad y los peligros que ella conlleva, esto antes descubrir sus
propiedades favorables para cocinar alimentos. No hay duda de su uso en épocas
tan remotas, el problema es si lo reproducían y manipulaban a voluntad, o si debían
esperar algún evento natural para “capturar” y trasladar a la morada un tronco
encendido. En estas circunstancias el fuego debió ser un espíritu de carácter
dual muy poderoso, pues era amistoso y benevolente si estaba controlado, o era
un terrible devorador de todas las formas vivas, además normalmente venía del
cielo. El carácter sagrado del fuego ha perdurado desde esos lejanos tiempos
hasta la actualidad en muchos lugares y pueblos distintos.
No
es hasta hace unos 700,000 años, en el yacimiento de Cueva Negra, Murcia,
España, que Michael Walker encuentra evidencias del dominio del fuego por parte
del Homo Heidelbergensis (ancestro del Homo Nearthendal), pero no está claro si
era producido o solo reproducido. Para nuestra exposición, la importancia del
fuego como extensión del sol (luz, calor, protección) es lo importante, pues
los humanos somos totalmente indefensos en la oscuridad, y muy débiles ante el
frio.
No
hay duda de que la observación de los astros empezó en esos tiempos, aunque
posiblemente sin poder comprender bien el motivo de los “erráticos” movimientos
celestes. Lo cierto es que, durante el paso del paleolítico medio al superior,
ya el fuego era producido a voluntad y determinados personajes eran expertos en
seguir las estrellas, de modo que podían prevenir a la banda cuando se acababa
el invierno y llegaba una estación más benévola (Sesé, Panera, Rubio-Jara, & Pérez-González, 2011) . Es aquí cuando
encontramos formalmente un complejo sistema chamánico desarrollado, siendo sus
manifestaciones más antiguas algunas tallas en marfil, hueso, piedra y las
pinturas o murales entre otras manifestaciones culturales, en abrigos rocosos y
cavernas, tanto en África, Eurasia, Australia y Europa entre los cuarenta y los
quince mil años antes del presente.
Medio ambiente y economía paleolítica
Para
poder comprender el gran desarrollo de la religión en estos tiempos, antes
tenemos forzosamente que conocer elementos del clima y de la organización
económica de los humanos que vivieron en esas épocas.
De
acuerdo a los estudios de fauna menor (roedores y pequeños mamíferos) se ha
podido establecer que en el sur de Europa el clima era apto para el desarrollo
estacional de animales y vegetación, esta última muy variada como lo revelan
los estudios de pequeños mamíferos en España “La asociación de micro mamíferos de PRERESA indica unas condiciones de
clima templado con cierta humedad y un desarrollo de la vegetación con algunas
zonas boscosas y fundamentalmente áreas abiertas pero con vegetación arbustiva,
herbácea, praderas secas y húmedas, y ribereña.” (Sesé, Panera, Rubio-Jara, & Pérez-González, 2011) . En estas
condiciones vemos como parte de la mega fauna herbívora típica del paleolítico
superior posiblemente migraba durante los periodos más fríos del año hacia la
zona del mediterráneo, la cual debió presentar condiciones favorables aun durante
el invierno, provocando que gran parte de la población humana de esos tiempos
migrara siguiendo las manadas de herbívoros, los cuales cazaba. La interacción
de las bandas de cazadores está demostrada por la uniformidad en la tecnología
tanto de puntas de armas como de los demás instrumentos de uso cotidiano, pero
más importante aún, por la uniformidad de representaciones de orden espiritual,
como lo son las figurillas llamadas hoy día “venus”.
Las
venus paleolíticas son figuras humanas femeninas en las que se destacan ciertos
volúmenes de sus cuerpos, simplemente son representaciones de mujeres muy
gordas, posiblemente embarazadas. Sus formas son símbolos de la fertilidad y la
abundancia, pues en esos tiempos en las bandas nómades la gordura era casi
imposible, y solo podía ser obeso alguien que tuviera alimentos y condiciones
de vida magníficas. Por otro lado, la mujer era el ente reproductor y en tal
condición, estar muy bien alimentada era un símbolo de reproducción exitosa.
Suelen ser esculturas de bulto redondo, es decir, esculpidas por todos sus
lados, de distintos tamaños (aunque nunca superando los 25 o 30 centímetros) realizadas
en materiales diversos (fig. 3).
Estas
figuras se han encontrado en Europa y Eurasia, hasta lo que es en la actualidad
Siberia, existiendo así tres grupos: las occidentales, las orientales y las
siberianas según su procedencia, pero lo importante es la enorme similitud que
tienen todas ellas, lo cual indica que tuvieron un significado muy claro y
directo que todas las bandas de esta mega región compartieron. Al ser bandas
nómades que seguían las migraciones de herbívoros durante los cambios
estacionales a través de miles de años, es factible que se encontraran e
interactuaran de modo directo.
Figura 3:
Figurillas “Venus” paleolíticas. Izquierda Willendorf, Austria. Derecha de
Kostenki, Rusia.
Para
poder comprender mejor el símbolo de las venus, debemos pensar en el concepto
de la “Madre Tierra” que algunos pueblos del mundo conservan hasta la
actualidad. Si bien las figurillas hacen referencia a la reproducción humana,
el efecto mágico o religioso se extendía a toda la naturaleza, pues sin ella
estos grupos no podían existir. Si los animales y plantas escaseaban o
desaparecían, ellos también lo harían, lo que hacía que el ser humano y la
naturaleza fueran vistos como elementos iguales, interdependientes. Para Europa
y Eurasia se podría decir que este fue el primer dios, aunque claro, el
concepto que de un dios tuvieran en esos tiempos varía con el que tenemos
nosotros, siendo más probable que fuera una especie de super espíritu, que
regía el mundo de los animales (hombre incluido) y las plantas, su eterna
reproducción y su estabilidad poblacional.
Dentro
del campo de las posibilidades, no es descabellado plantear que este primer
dios también tuviera algo que ver con el clima y las estaciones. Las bandas
cazadoras en tiempos de inviernos tan fuertes y largos debían programar su
reproducción de manera que cuando el niño naciera el clima empezaba a cambiar o
lo había hecho ya, para que la madre pudiera tener suficientes alimentos
durante el máximo tiempo posible, de modo que el niño no muriera por frio y
falta de alimento. Este comportamiento se da también en muchos animales, donde
la época de reproducción esta naturalmente coordinada con el medio ambiente,
dándose los nacimientos en la época anual de mayor abundancia alimenticia.
Ilustración
1: Durante el Paleolítico el clima era muy
frio, aun en la temporada o estación más cálida. La mayoría de los animales
estaba muy bien adaptada al frio extremo, pero en el caso de los herbívoros
necesitaban vegetación, lo que provocaba que estuvieran en movimiento
constante, buscando pasturas o vegetación arbustiva que les sirviera de
alimento. Por supuesto los depredadores debían normalmente seguirlos, el hombre
incluido. La vida para el ser humano fue dura y de muy pocos recursos, pero
esto impulso una etapa creativa donde las armas se mejoraron a su máxima
eficiencia, al igual que el uso de trampas ingeniosas. En forma paralela creció
la curiosidad humana sobre las cosas misteriosas del mundo, entre estas la
muerte. Ya desde la época Nearthendal el hombre enterraba a sus muertos con
mucho cuidado, colocando ofrendas especiales: había nacido la religión.
Las
figurillas venus se han fijado en contextos de hace 30,000 años, mientras que
las pinturas rupestres europeas son más antiguas, pues están fechadas desde 40,000
años de antigüedad. Las pinturas de las cavernas no son obras para la simple
contemplación, tampoco parecen ser representaciones de presas animales que
serían cazadas durante la temporada. Se ha propuesto, entre otras cosas, que
las representaciones realistas de estas cavernas responden a un efecto mágico,
en tanto la imagen es más poderosa que la realidad, siendo así manipulable (los
animales ahí representados eran presas que serían cazadas y consumidas). Esta
visión ha sido muy aceptada en la actualidad, aunque tiene algunos problemas.
En las cuevas de España, Francia, Italia y otras de África y Australia de esta
época, vemos algo interesante: se plasman imágenes casi fotográficas de los
diversos animales, ya sea solos, en manadas o entremezclados unos con otros.
Aparecen muchos que no fueron presas de caza, sino peligrosos adversarios, como
el león de las cavernas, los rinocerontes peludos y los gigantescos osos (fig.
4). El hombre también aparece en actividades de caza o aislado de esta
ocupación, o sea, aparece como un elemento más del grupo y no como centro de la
escena. Parece más razonable visualizar la caverna en sí como un vientre del
cual surge la vida, incluyendo peces (fig.7), un conglomerado de lo que existía
representado muy fielmente. Lo que el conjunto de pinturas expresa es el mundo
exterior que, en forma mágica, debía continuar existiendo, surgiendo de la
matriz de la tierra (la caverna). Si lo que se quería era aislar solo las
especies preferidas para tener un control mágico sobre ellas en la realidad, no
encontraríamos este magnífico registro de las diversas formas de vida -insectos
incluidos-, y estas no serían tan vitales y organizadas.
En
estas pinturas lo que se reproduce es la vida en estado óptimo, abundante y
saludable. Se ven grandes machos peleando por las hembras, hembras embarazadas,
crías con sus padres, solas o en manadas (fig.6). Ocasionalmente hombres y sus
presas que, en medio de estas fantásticas “fotografías” paleolíticas, son una
parte más sin importancia centrista, aisladas, tal como debió ser en realidad.
El efecto religioso de estas pinturas obligaba a representar la vida como era,
sin exageraciones. De haber sido representación mágica de presas, solo con ese
fin, las pinturas no tendrían que ser tan “fotográficas”, y veríamos los
animales siempre en proceso de ser muertos o atrapados, junto con figuras
humanas que representarían al grupo cazador. Este tipo de pinturas lo vamos a
encontrar, pero durante el Mesolítico y Neolítico.
Figura 5:
Conglomerado de grandes animales, tal y como se verían durante el paleolítico
superior. Abajo a la derecha se observan dos rinocerontes lanudos macho,
peleando por el derecho a la reproducción. Chauvet, Francia.
Otros
dos elementos acompañan a las pinturas realistas: las manos humanas y los
dibujos esquemáticos, generalmente en forma de “peine” o de líneas y puntos.
Estos elementos pueden estar solos, agrupados entre sí y/o mezclados con las
representaciones realistas. Se puede especular que este último grupo es el de
proporciones mágicas de efecto o impacto inmediato en el medio ambiente, siendo
el resto una recreación del mundo natural dentro de una matriz: la caverna. Con
esto se pretendía que el mundo exterior siguiera siendo abundante y fértil,
resurgiendo todos los años luego del fuerte invierno que convertía los valles
en campos semi desolados. Dicho en otras palabras, estas cuevas fueron los
primeros santuarios conocidos, mismos que caerían en desuso cuando los hielos
del norte retrocedieron cada vez más, y las bandas de cazadores cambiaron el
modo de expresión religioso y desarrollaron las estatuillas venus, aunque no se
puede negar que ambas coexistieron durante bastante tiempo.
Otra
cosa que puede ser posible es que no todo lo expresado en la profundidad de la
caverna fue hecho al mismo tiempo. Es viable que distintas expresiones y
efectos se fueran agregando con el paso del tiempo, quizás cada vez que la
banda se reunía en el santuario, en alguna ceremonia anual de vitalidad y
renacimiento de la vida.
Figura 6:
Representación de pez (parece un lenguado) y yegua embarazada. Cueva de La
Pileta, Andalucía, España.
Es
durante esta época que el chamanismo cobra dimensiones notorias, y sus
expresiones externas, materiales (las antes vistas) no dejan de asombrar al
hombre actual. Y asombra más cuando vemos la baja densidad de población que
existía en esos tiempos. Las bandas de cazadores y recolectores no pasaban de
unos 30 a 150 miembros, entre hombres, mujeres y niños. La tasa de mortalidad
en los nacimientos era muy alta, y las expectativas de vida muy cortas.
La
organización social era igualitaria, con una división de trabajo elemental,
hombres cazando y descuartizando animales, y mujeres recolectando frutos,
semillas, pescados, aves y, en general, todo lo que se pudiera. Este sistema no
permitía ningún excedente pues no había posibilidades de almacenamiento, de
modo que todo lo producido por la banda se repartía entre ellos mismos y se
consumía rápidamente. No existía ninguna idea de propiedad privada sobre el
territorio y sus recursos naturales, aunque si ciertos derechos sobre el mismo,
siendo probable que si otra banda llegase en la temporada de abundancia
contribuyera en los trabajos cotidianos, separándose luego.
La
casi totalidad del tiempo de estas bandas cazadoras-recolectoras se ocupaba en
la búsqueda de alimentos, moviéndose constantemente pues los recursos de un
solo lugar declinaban pasado un tiempo, lo que hacía que los miembros de la banda
fuesen hombres o mujeres, recorrieran más distancia cada vez, hasta que se
imponía la necesidad de establecer otro sitio para acampar. Esto señala que
cada banda tenía algunos derechos de explotación sobre un territorio, aunque en
ciertas circunstancias se unieran dos o más bandas para tener mayor
probabilidad de éxito, lo mismo que para intercambiar mujeres. En palabras de
Dierchxsens “Por la condición de la vida nómada,
el refugio o habitación de los pueblos recolectores es muy frágil y es
abandonado cada vez que se mueve la banda para ser improvisado de nuevo la
siguiente vez que se para en el camino. Cuando se desplazan de un lugar a otro
abandonan sus instrumentos de trabajo. Si los necesitan de nuevo, se fabrican
otros. Deben recorrer largas distancias para hacer acopio de víveres en
cantidad suficiente lo que impide la constitución de reservas más o menos
permanentes: no existe, en otras palabras, ningún excedente permanente” (Dierchxsens,
1983, pág. 22) .
Estas condiciones de vida tan duras son las que explican el surgimiento de
formas religiosas complejas, las cuales estaban dirigidas a la fertilidad del
medio ambiente (hombre incluido), procurando por este medio que todos los años
venideros fueran tan buenos como el mejor que tuvieran memoria (que la flora y
la fauna fueran muy abundantes, que los hijos no murieran, que el clima fuera
benigno).
En
este contexto socio-económico, el chamán no tenía privilegios especiales y
debía contribuir en la caza y recolección de alimentos igual que todos, pero
debido a la capacidad individual de predecir los cambios climáticos (de estaciones)
y de conocer, quizás, vía herencia el modo de preparar determinadas plantas
medicinales, poco a poco fue teniendo por parte de los miembros de la banda
determinados beneficios, los cuales le permitían algún tiempo libre que
dedicaba a los rituales, creación y/o reproducción de mitos, conocimiento de
nuevas plantas y nuevas mezclas más eficientes de las mismas, con otros
productos orgánicos e inorgánicos.
El
proceso para que uno o varios individuos de la banda fueran reconocidos como
portadores especiales de conocimiento fue lento, y durante la mayor parte del
tiempo aparte de contribuir en términos igualitarios al sustento de la banda,
debía también poder dedicar tiempo a sus funciones religiosas, sin recibir a
cambio ningún beneficio especial.
Ilustración
2: En esta pintura de la caverna Trois
Freres, Francia, se ven cosas interesantes. En el cuadro rojo se aprecia un chamán
disfrazado de bisonte, en medio de un tupido grupo de animales, entre los que
se observan mamuts, jabalís, caballos, bisontes y otros. El chamán está en
posición central y no lleva armas, por otro lado, parece que unos animales se
pintaron sobre otros, lo cual hace suponer que se iban agregando con el pasar
del tiempo. Por último, hay que señalar líneas sobre algunos animales, lo que
puede interpretarse como lanzas. Todo el conjunto es caótico con excepción de
la posición del chaman, y esto hace pensar que en esta caverna se agregaron
imágenes cíclicamente, quizá durante miles o cientos de años, adecuando las
imágenes a situaciones y necesidades nuevas, pero con la misma intención
original.
Qué es religión
“Conjunto de creencias o dogmas acerca de la
divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales
para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la
oración y el sacrificio para darle culto.” (dle.rae.es/religión). Este es
el significado para religión que da la Real Academia de la lengua española, que
obviamente está basada en la forma y estructura de las grandes religiones
modernas, lo cual aleja un poco tal definición de lo que en realidad es el
fenómeno religioso total. Este problema lo explica Mair “La religión consta de creencias y prácticas. Los antropólogos han
estado siempre de acuerdo sobre la importancia de las prácticas, pero su
tratamiento de las creencias ha sido muy distinto en diferentes épocas. En el
siglo XIX se pensaba que las creencias habían existido en primer lugar como
interpretaciones ingenuas de la experiencia, y que la religión se había
construido sobre ellas. Luego vino una fase en que se otorgaba la máxima
importancia a las prácticas y se consideraba que las creencias habían surgido
para justificar la práctica. Hoy, aun cuando no hemos vuelto a la
interpretación decimonónica de la religión como producto de un razonamiento
falaz, reconocemos que toda sociedad tiene su “visión del mundo” y que en las
sociedades que carecen de tradición en la ciencia experimental esta visión se
formula en forma de dogma religioso” (Mair, 1978, págs. 204-205) . El conjunto de
creencias de un pueblo y la forma de expresarlas mediante el ritual es lo que
forma toda religión, siendo las creencias el modo encontrado por dicho pueblo
para explicar el mundo material y lo que lo rige de manera sobrenatural. El
hombre es un animal que razona, y el uso de la razón es el poder mediante el
cual empezó a enfrentarse con éxito a la naturaleza, pero cuando la razón no
era suficiente para explicar ciertos hechos o efectos los explicó como algo
sobrenatural. “La actitud tomada por los
diferentes pueblos con respecto a lo sobrenatural varía, ya que lo que resulta
misterioso e increíble para un pueblo, puede no serlo para otro. No obstante,
la creencia en los sobrenatural es universal.” (Salzmann, 1979, pág. 251) . Así pues, la
religión es un sistema de diversa complejidad según el pueblo que se trate, que
mediante el pensamiento articulado da una explicación del mundo natural y
sobrenatural. Esta explicación en su conjunto ocupa de una serie de ritos y
lugares especiales donde estos se efectúan, ya sea para explicar el nacimiento,
como para hacerlo con la muerte, entre otros sucesos.
Una
cosa que nunca podrá probarse, pero que es lo más razonable, es que el origen
de lo religioso radique en ideas animistas y mágicas. El animismo es la
creencia de que todo o parte de lo existente tiene alma o espíritu, lo cual
implica básicamente una igualdad absoluta del hombre con la naturaleza. La
magia, por el contrario, es provocar un efecto real dirigido a algo, usando un
sustituto. Todos conocemos, como ejemplo, los adefesios usados para clavar
alfileres, con lo cual se procura que el adefesio que representa una persona
haga que esta sufra dolores y hasta la muerte. Estas dos creencias nos
acompañan, quizá, desde que el hombre empezó a buscar respuestas a aquello que
su tecnología no le permitía obtener y nos acompañan hasta la actualidad, mismas
que han sido fundamentales en la evolución de las ideas, tanto en religión como
en la ciencia. La magia y el animismo son la base antigua del chamanismo, y por
extensión, de todas las religiones antiguas y actuales.
El
mundo dualista con que operan todas las religiones nace del animismo “En contraste con la magia, que es
materialista en sus ideas básicas, el animismo tiende a buscar una explicación
de los acontecimientos en agentes activos, invisibles y espirituales. Esto
implica un mundo dualista, un mundo de cuerpos y almas, que solo pueden ser
concebidos imaginativamente” (Read, 1977, pág. 50) .
Ahora
bien, toda religión se sustenta en los mitos, hechos acontecidos en épocas
ancestrales y que nunca se repetirán de nuevo, o lo harán en un futuro
incierto, mágico, atemporal. “Las
afirmaciones a las que el antropólogo llama mitos no son, evidentemente,
verdaderas. Se refieren a acontecimientos que una persona con preparación
científica sabe que no pueden haber ocurrido, a acontecimientos que, en rigor,
quienes narran los mitos no esperan que vuelvan a ocurrir; pertenecen a una
lejana “era de milagros” en que las cosas eran diferentes…En opinión de este
autor (Malinowki) es un error considerar
que el mito sea historia o ciencia alteradas. La esencia del mito afirma, es su
carácter de testimonio fundacional, de estatuto. El mito es la narración de la
ejecución original de algún acto que se sigue repitiendo en el ritual o que
legitima alguna pretensión en las relaciones social” (Mair, 1978, págs. 244-245) . En todo mito
encontraremos la dualidad presente, ya sea la lucha del bien contra el mal, el
reclamo ante lo existente, la época de abundancia contra la de necesidad, etc.
El
mito, la dualidad, el animismo y las propuestas mágicas son el fundamento de
toda religión, y como estructura tuvieron sus principios en el chamanismo. Son
la parte que justifica la creencia y el ritual dirigido a distintos entes
sobrenaturales según la época y lugar.
Clases de chamanes
Para
comprender por qué existen diferentes clases de chamanes, es importante
recordar antes la relación del hombre con lo religioso, que en palabras de Salzmann
“El hecho de que la creencia en los
sobrenatural sea muy antigua y que de una forma u otra exista en toda sociedad
humana, indica que debe satisfacer alguna necesidad universal importante.
¿Qué papel desempeña la religión
en las sociedades humanas? Para empezar, la religión ayuda a definir la
relación entre el hombre y el mundo en que habita. De este modo, se supone que
sirve para aminorar la incertidumbre a la que ha de hacer frente durante su
vida. Los ritos religiosos marcan, por lo general, los momentos más críticos de
la vida de un individuo: el nacimiento, la madurez sexual, el matrimonio, una
enfermedad y la muerte, entre otras” (Salzmann, 1979, pág. 266) . Esto implica diferentes formas de actuar y de
manifestarse por parte del sacerdote, y por consiguiente distintas formas de
organización, lo cual deriva en clases diferentes, con actividades concretas y
puede incluso que divergentes, pues es algo producto de la ideología de un
lugar y un tiempo, aunque se modifique formalmente con el transcurso de los
años, mantendrá en sus mitos la base de sus creencias. Como es de esperar, la
tendencia es hacia la diversificación de lo religioso, hasta convertirse en
algo muy complicado para ser manejado solo por una determinada clase de
oficiante, surgiendo así varias categorías con funciones específicas dentro de
un todo ideológico que es el sistema religioso.
Figura 7:
Chamán aymara, Bolivia. Dentro del chamanismo la relación con las aves es de
suma importancia, pues el sacerdote realiza vuelos espirituales para
comunicarse con entes o potencias de otros mundos. Esto lo hace entrando en
trance, puede ser usando drogas o mediante una auto sugestión inducida por el
ritual.
La clase más simple de chamán es aquella en donde el
individuo se limita a curar mediante el contacto con espíritus, los cuales le
indican el origen del mal. Aunque utiliza ciertas yerbas para aliviar o curar,
su poder radica en la sugestión, en la creencia que se tenga en el individuo,
siendo muchas de sus curaciones en realidad de tipo placebo. Mediante la magia
y el poder de transformarse en animales, logra gran respeto y reconocimiento
social. Un ejemplo típico de esta
categoría de chamanes, lo describe Forde en los Boro amazónicos “En cada grupo existe otro individuo que
sobresale por encima de los demás, en virtud de sus especiales funciones: el
brujo o medicinero. Sus conocimientos de la magia y de los procedimientos de
causar daño a quienes intenten perjudicarle, le permite viajar solo por la
selva, mientras que los demás hombres casi siempre procuran desplazarse en
pequeñas partidas para protegerse mejor. El brujo es muy distinto al jefe, o
líder de la comunidad…El brujo asegura que, gracias a sus poderes mágicos,
puede identificar el origen de cualquier infortunio que aflija a la comunidad…además realiza curas extrayendo del cuerpo del
enfermo las substancias mágicas causantes de la enfermedad…El brujo lleva
siempre consigo en un saquito de tela de corteza, una sonaja especial y un
misceláneo conjunto de objetos mágicos…el brujo acostumbra llevar como
ornamento grandes dientes de jaguar, ya que existe la creencia de que puede
adoptar a voluntad la forma de este animal” (Forde, 1966, pág. 165) . La siguiente
categoría de chamanes, aunque contempla todo lo anterior, hace un uso mayor de
conocimientos de yerbas medicinales, también ejerce como profesor pues es el
depositario de la historia mítica del pueblo y sus clanes y es quien domina la
ley moral que rige las relaciones sociales y familiares. Estas dos categorías
chamánicas recurren a los efectos placebos mediante los ritos y ceremonias,
mismas que se efectúan en determinados momentos anuales, algunos de los cuales
corresponden a momentos de cambios climáticos en la región donde viven.
Algunos pueblos incorporan una categoría especial de
sacerdote, y es el que tiene que ver con todo lo que es el proceso de la
muerte, los rituales de enterramiento y la guía del espíritu hasta que llegue
al lugar que le corresponde. La especialización de funciones está en relación
directa con el desarrollo social, hasta alcanzar la máxima categoría chamánica,
en la cual el sacerdote es también jefe político y militar de un pueblo. En
muchas partes del mundo, cuando los europeos llegaron y se encontraron con
estos personajes, los confundían con jefes tribales.
Un caso de estos es el del Usekar de Costa Rica, cuyos
atributos son descritos por varios autores. En palabras de Gabb “El usékara es una especie de gran sacerdote
y goza casi de tanta importancia a los ojos del pueblo, como el jefe. En
efecto, hubo un tiempo y no muy remoto, en que los jefes mismos hacían viajes
para visitarlo como suplicantes…era muy arrogante y no tenía comunicación con
extranjeros. Pretendía tener poderes sobrenaturales y tenía frecuentes
entrevistas con los espíritus. En esas ocasiones iba solo a una caverna,
distante algunas millas de la casa y pasaba allí varios días. A su regreso, no
quería conversar ni aun con los de su familia. A nadie, excepto a su fámulo…le
era permitido servirle, o si quiera hablarle…Rara vez viajaba o visitaba a sus
vecinos. Vivía de las contribuciones que imponía a su pueblo, o de donaciones
voluntarias…Si entraba a una casa y ofrecía comprar o manifestaba siquiera que
algo le gustaba…de inmediato se lo regalaban…Si no se regalaba, seria seguro
que moriría de cualquier modo y además obtenía su odio.
En caso de calamidad
pública, como una enfermedad epidémica, o escasez de alimentos por sequía, solo
el jefe podía visitarlo y pedirle intercediera con los espíritus. No atendía a
las suplicas privadas. Cuando se sentía inclinado a conceder gracias, se
retiraba a su caverna y a su debido tiempo ordenaba un ayuno.” (Gabb, 1978, págs. 134-35) . Por su parte, Stone nos da una breve
descripción de la caverna del Usekar: “Los
indios relatan que el individuo más poderoso era el usekaL, quien hablaba tanto
bribri como cabécar. Se dice que las quejas recibidas por el “Rey” pasaban
luego al usekaL, para que tomara una acción decisiva. En tales ocasiones, se
retiraba este a una cueva secreta y sagrada con gran cantidad de pita a la
entrada. Allí tenía bajo su mando jaguares sagrados…lo mismo que serpientes. (Stone, 1993, pág. 76) . Resulta obvio que
los jefes y Reyes estaban supeditados al gran poder del Usekar, aunque en
algunos relatos exista confusión al respecto. Hay que tener en cuenta que,
entre ambos autores, existe una diferencia de unos 100 años, ya que Gabb visito
Talamanca a mediados del siglo XIX, y Stone a mediados del siglo XX. Pero hay
otra función muy interesante del Usekar que está contenida en la narración de
la guerra entre los cabécares y los terribrís (térrabas). En esta narración
aparece el Usekar como jefe militar. Un Usekar que fue capturado se le cortó la
cabeza y fue llevada al poblado Térraba, donde se convirtió en un gigantesco
jaguar que eliminó a todos los enemigos. (Stone, 1993, págs. 106-107) . Este relato deja
ver otra faceta del máximo sacerdote chamánico, la de jefe en las guerras
tribales. Fueron también lideres guerreros muy efectivos contra los
conquistadores españoles, como consta en los relatos de la pérdida de Santiago
de Talamanca (Fernandez, 1976, pág. 134) .
El chamanismo llegó a desarrollarse en múltiples formas,
desde una base ancestral algo simple hasta una estructura muy compleja, donde las
diversas funciones de estos sacerdotes obligaron a crear distintas categorías
que funcionaron en conjunto como motor político, económico y militar. En las
sociedades así organizadas todo el conocimiento práctico material y espiritual
fue administrado con gran éxito por los chamanes, siendo propulsores de avances
tecnológicos que beneficiaron a los pueblos en general, ya que en conjunto
estos individuos tenían conocimiento sobre tecnologías de otros pueblos,
elaboraron sistemas calendáricos y diseñaron, con el paso del tiempo modos de
aprovechamiento de los recursos naturales a su alcance.
Figura 8:
Preparativos para una ceremonia religiosa yanomani, Brasil. Obsérvese la
pintura de carácter simbólico en el árbol, la cual hace referencia a la
fertilidad y bienestar del medio ambiente, lo cual es al fin, la garantía de
subsistencia del grupo humano. Foto Sebastiao Salgado.
Parafernalia del chamán
El
chamán, como todo sacerdote, utiliza una serie de signos externos que lo identifiquen,
que pueden ser tatuajes, pinturas corporales, collares de dientes de animales o
humanos (fig. 13), y arreglos de plumas o pieles en sus cabezas. Pero el
arreglo común varia conforme a la categoría del sacerdote y sus funciones. Por
ejemplo, los chamanes entendidos con la muerte en Talamanca, Costa Rica, usaban
collares de cráneos de animales nocturnos, preferiblemente de zarigüeyas (Didelphis). El símbolo en el chamanismo
es altamente desarrollado, y todos los objetos que usa un chamán son
simbólicos. En objetos cerámicos, pieles, huesos y demás, todo tendrá un
significado especifico que no será usado por las demás personas, son parte
exclusiva del ritual. En objetos arqueológicos muchas veces se dice que
determinadas expresiones plásticas o esculpidas pertenecen a la esfera del
chamanismo, pero no siempre es así ya que el sacerdote usa objetos mágicos que
no necesariamente tienen un alto valor visual, aunque por supuesto que también
existen artefactos de estas características (fig.9).
Figura 9: Objetos de
uso chamánico de Norteamérica exhibidos en el Museo de Estocolmo, Suecia.
Muy importante en el rito es la música, donde se usa para
inducir un estado de éxtasis, ya sea usando drogas o no. Los instrumentos más
comunes son las trompetas de caracoles, atabales, maracas y flautas todo esto
de muy diversas formas según la región y la época (fig. 10-12).
Figura 10:
Instrumentos de viento: ocarina y flauta. Costa Rica.
Figura 11:
Instrumentos idiófonos. Costa Rica
Figura 13:
Collares de dientes de jaguar (izquierda) y humanos (derecha). Perú y Fiji.
Otra característica de la parafernalia chamánica es un bolso
donde guarda una serie de objetos mágicos, entre los que se encuentran ciertas
semillas, piedras pulidas, partes de animales y amuletos trabajados con
símbolos (fig.9). Todos estos enseres son de carácter mágico y muy importantes
dentro del ritual. Por ejemplo, el uso de piedras pulidas, ya sean cortadas o
en determinada forma natural, son determinantes para obtener respuestas a
manera de oráculo, donde se hace una pregunta y dependiendo del movimiento de
la piedra, el chamán sabe la respuesta (fig.14).
Figura 14:
Piedras adivinatorias. Todas tienen la característica de tener un núcleo más
oscuro, que depende de la posición en que se mire la piedra, cambia la forma.
Costa Rica.
Un hecho curioso sobre estas piedras adivinatorias es el uso
que algunas personas no indígenas le dan en la actualidad. Piensan que tener
una de estas piedras les traerá suerte en la cacería, o bien les ayuda a
engordar y mantener sano el ganado.
En el chamanismo los objetos de uso ritual tienden a ser de
pequeños a muy pequeños, independiente del material que se trate. En la región
de Bagaces, Costa Rica, algunas veces se encuentran unas pequeñas vasijas de
piedra, las cuales son de acabado muy rústico por fuera, pero muy bien pulidas
por dentro. Estas suelen adquirir la forma de ollas o cuencos y su uso debió
ser para conservar o preparar algo, ya fuese medicinal o mágico (fig.15). Una
situación similar se ve en algunos morteros o piedras de moler, las cuales son
muy pequeñas y no tenían ninguna función doméstica, pero si muestran señas de
uso, lo que indica que se usaron para preparar ya fuese medicamentos u otras
cosas de orden ritual.
Figura 15:
Vasijas miniatura de piedra. Su parte externa es áspera y tosca, pero su
interior es finamente pulido. Costa Rica.
Otro elemento indispensable en la figura del chamán suramericano
es el bastón. Este era de muy fino acabado, algunos con remate antropomorfo o
zoomorfo. Algunos fueron vaciados en su parte superior, de manera que al
moverlos suenan como una pequeña maraca, casi como un susurro. Esto es porque
de esa manera llamaba el chamán a los espíritus en sus oraciones (fig.16).
Figura 16:
remates de bastones del año 900 d.C. Costa Rica.
Figura 17:
Chamán cabécar. Costa Rica. Obsérvese el bastón y la bolsa de los amuletos y piedras
adivinatorias. Foto La Nación 1974.
Finalmente se debe hacer mención al uso de las máscaras.
Estas servían en los rituales, juntos con otros elementos, como forma de la
trasformación del hombre en animal, pero no en uno cualquiera, sino en uno espiritual
(fig. 18). Podía ser para efectos de guerra o venganza, o bien para purificar o
curar enfermedades. Al estar con el atuendo puesto, el chamán mostraba su
transformación, su poder. Por eso no es de extrañar que también usaran máscaras
funerarias las que tenían la función de repeler los espíritus negativos (fig.19).
El espíritu de un chamán era muy poderoso y no se debía molestar, ni por vivos
ni por muertos, y según la categoría del sacerdote se sepultaban de maneras
distintas. Se han encontrado entierros en excavaciones arqueológicas donde el
individuo fue sepultado con el rostro hacia la tierra de abajo, buscando que su
poder no saliera de la sepultura. En Papagayo, Baudez encontró uno de estos
entierros, que entre las ofrendas tenía brazaletes de dientes humanos, además
de otras perforados que se hallaron dispersos y que pudieron ser parte de un
collar. Es interesante que la persona ahí sepultada fuese mujer, pues existen
pueblos donde se les confiere gran poder a las mujeres sacerdotes (Claude-François
Baudes, Nathalie Borgnino, Sophi Laligant et Valerie Lauthenlin, 1992, págs.
57-60) .
Figura 18:
Máscaras de oso usadas por chamanes de Norteamérica. Museo de Estocolmo.
Figura 19:
Máscaras funerarias que se cosían al fardo funerario del chamán. Costa Rica.
Muchos otros elementos usaron los sacerdotes chamánicos,
esto según la época y lugar en que Vivian o viven, pero estos señalados de
manera general pueden encontrarse en todo el mundo antiguo, aunque ya no el
moderno, pues las intervenciones de otras culturas más poderosas materialmente
han ido inculcado nuevas formas religiosas. Esto ha traído, lamentablemente, la
pérdida del gran conocimiento que estos individuos tenían del medio ambiente y
de los recursos favorables en curaciones reales. Los chamanes fueron los
primeros químicos de la humanidad, mezclando plantas, cortezas, semillas,
raíces, flores y otras cosas para lograr remedios que sabemos eran muy
efectivos. El uso combinado del ritual, los placebos y la medicina real
hicieron posible que la humanidad tuviera un mejor modo de vida, esto incide en
el éxito de ciertos pueblos que luego formarían estados complejos. Como antes
se había mencionado, las funciones del chaman también tenían mucho de
psicología y psiquiatría, pues dedicaban horas a escuchar a los pacientes para
determinar que tratamiento debía emplear. Como siquiatras, aprendieron que
ciertas drogas calmaban al paciente, los ayudaba a dormir y a tener una vida más
o menos normal. A todo esto, los efectos placebos brindados por el ritual era
un refuerzo importantísimo cosa que no se ha perdido aun en las religiones modernas.
Figura 20:
Chamán de la región de Alaska usando los elementos de un espíritu que lucha
contra otros espíritus negativos o malvados. Foto siglo XIX.
Conclusiones
El fenómeno
religioso moderno tiene sus fundamentos en aquellos principios mágicos y
animistas del Paleolítico, aunque han cambiado formalmente en muchos aspectos, aún
se conservan los fundamentos ancestrales.
El
chamán fue un predecesor de los científicos, estudio la naturaleza y el clima,
los efectos inmediatos y a largo plazo de substancias que ya descubiertas, las
aislaba y mezclaba con otras experimentando casi con un método científico. Carecía
lamentablemente de escritura y solo la memoria era el libro en que se guardaban
los resultados de sus múltiples conocimientos. Como resulta lógico, muchísima
cosa no pudo explicar por ningún medio, tenía que haber otro u otros mundos, plagados
de seres buenos y malos, a los cuales había que consultar o neutralizar.
Creencia y ritual fue la respuesta a estos aspectos misteriosos, como la
muerte, los desastres, las plagas, los cambios climáticos a destiempo etc. Se
puede afirmar que el chamanismo inventó la enseñanza, pues los sacerdotes eran
quienes guardaban la historia real y mítica del pueblo, sabían de las rutas
ancestrales que los llevaban a cualquier parte. Fueron los primeros astrónomos,
leían el firmamento y a través del mismo aprendieron a predecir cuándo cambiarían
las estaciones, en que momentos debía migrarse o en cuales plantar. Veían el
futuro como antes nadie lo pudo mirar en algo tan importante como las
variaciones cíclicas de las estaciones. Lógico que no podían comprender que hacía
que todo esto ocurriera, debía existir uno o más poderes espirituales de gran
importancia, capaces de tales milagros.
Por
lo general, el chamanismo que vemos hoy es solo un residuo degradado de lo que
fue. Las religiones y las ideologías históricas fueron asimilando aquello que
les interesaba del chamanismo, dejando poco a poco casi nada de aquella
institución que originó los principios de lo que somos hoy.
Por
supuesto, queda mucho que decir de este fenómeno, tratado aquí de forma
elemental. Falta explicar los cambios a través de milenios y de las diversas
categorías sacerdotales, también falta explicar el modo que el chamanismo
evolucionó a las formas llamadas religiones modernas, y de cómo ciertos
espíritus poderosos se convirtieron en dioses.
Bibliografía
Claude-François
Baudes, Nathalie Borgnino, Sophi Laligant et Valerie Lauthenlin. (1992). Papagayo: Un hameu précolombien du Costa
Rica. Paris: Editions Recherche sur les Civilisations.
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Sesé, C., Panera, J., Rubio-Jara, S., & Pérez-González,
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Valle del Jarama: yacimientos de Valdocarros y HAT (Madrid, España). Estudios
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Stone, D. (1993). Las tribus talamanqueñas.
Heredia: Publicaciones de la Universidad Nacional.